.
Su ropa cuelga
lánguida en la jaula,
sahumándose en azufre.
Dicen que el rey se ha ido.
La capa, el sombrero de fieltro,
los zapatos que aún guardan
la forma de sus pies.
Todavía murmuro sus líneas,
aún le ofrezco mis labios
por si le hicieran falta,
y su contrafigura aún se alza,
insolente, procaz,
sobre el tablado.
--
Texto extra de "La Soufrière/ El Azufral (soliloquio del apunte)".Foto: Venecia.