"Invoca primero con vino a Jano y Júpiter; luego dirás: 'Padre Marte, te ruego y suplico que te muestres benigno y propicio a mí, a mi casa y a nuestra gente; para esto he ordenado que mi campo, mi tierra y mi granja sean rodeados por el suovetaurilia, para que tú impidas, apartes y alejes las enfermedades vistas y no vistas, la esterilidad, la desolación, las calamidades y las inclemencias del tiempo; y para que permitas que mis cosechas, mis granos, mis viñedos y sementeras broten y fructifiquen; para que mantengas sanos a mis pastores y ganados, y nos des buena salud y fuerzas a mí, a mi familia y a mi gente' ".

" 'Para todas estas cosas, para purificar y hacer la lustración de mi granja, mi tierra y mi campo según he dicho, séate propicio este suovetaurilia lactante que te será inmolado' ".

" '¡Padre Marte, para el mismo propósito dígnate aceptar este suovetaurilia lactante!' "

"Con el cuchillo comprueba que la torta y el pastel estén cocidos; luego ofrécelos".

"Al inmolar el cerdo, el cordero y el ternero habrás de decir: 'Para el mismo fin dígnate aceptar la inmolación de este suovetaurilia' ". 

"No debes nombrar el puerco, ni el cordero, ni el ternero".

Catón el Viejo, De re rustica, 141.
Trad. de Vicente O. Cicalese.