Vilipendios

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La palabra villano viene del latín villanus, que a su vez procede de villa (en su acepción original de 'casa de campo'). En otras épocas del español, el villano era el habitante de una villa o aldea, en contraposición con el noble o hidalgo, como se ve en este romance del siglo XV o XVI:

Pastor que estás en el campo
de amores tan descuidado,
escucha a una gentil dama
que por ti se ha desvelado.

Conmigo no habéis hablado,

responde el villano vil,
tengo el ganado en la sierra,
y a mi ganadico me quiero ir.

Más allá de la desconsideración de quien rechaza tan categóricamente a una dama (¡y para irse con el ganado!), en este texto la palabra no sugiere perfidia, y por eso se la complementa con el adjetivo vil, que viene del latín vilis y sí significa 'infame' o 'despreciable' (pero también 'de bajo precio, barato'). Sabemos lo que el tiempo ha hecho con villano: la tradición lingüística parece asimilar pobreza con maldad.

(Nota: en el proceso que ha venido sufriendo en las últimas décadas el término villero en Argentina parece estar repitiéndose tristemente la historia).
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Bibliografía

J. Corominas. Breve diccionario etimológico de la lengua castellana  (1961, 3era ed.)
R. Menéndez Pidal. Flor nueva de romances viejos  (1979).
Real Academia Española. Diccionario de la lengua española  (2001).

Foto: Buenos Aires.