Hace poco se cumplieron diez años de la publicación de mi primer libro, Trinitaria, y entre los recuerdos que guardo de su presentación en la Facultad de Humanidades de Montevideo está esta hermosa carta que me envió Marosa Di Giorgio unos días después para disculparse por no haber ido. Tal vez no debería mostrarla, pero lo hago con orgullo casi infantil, aunque en todos estos años no he dejado tranquilos los textos de ese libro. Espero que resulte legible, pero sobre todo que los augurios se cumplan.