Además de haber escrito famosas novelas como Orlando o Mrs. Dalloway, Virginia Woolf redactó montañas de cartas célebres tanto por su agudeza como por su malicia. Cuando Marjorie Strachey publicó su novela The counterfeits en 1927, muchos vieron en su personaje “Volumnia Fox” una alusión no demasiado velada a Virginia. Volumnia, dama romana, madre de Cayo Marcio, aparece en la obra Coriolano, de William Shakespeare; pero no en vano su nombre suena a “calumnia”, y Harold Bloom la llamó “la mujer más desagradable de todo Shakespeare”. Veamos algunas líneas que pueden haber contribuido a valerle a Virginia el peculiar homenaje. Son fragmentos de cartas escritas a su hermana Vanessa en referencia a distintas personas.
“Nunca, nunca ha habido una mujer tan alejada desde el nacimiento de todas las sutilezas, sensibilidades y armonías de la vida civilizada”.
“Un cadáver me parecería más convincente que él”.
“(Ellas) me producen el efecto de rosados paños de cocina que han estado colgados toda la noche bajo la lluvia”.
“Es dueño de todas las virtudes, excepto el encanto”.
“(Su obra) no me gusta, pero seguramente me dejo influir por el sentimiento de su invasora mediocridad y su espesa obsecuencia”.
“Es un terrible y hosco bruto, como un labrador reumático. No se me ocurre destino peor que el de ser su esposa”.
“Es inteligente y cáustica, y una furcia de lengua afilada”.
Claro que Virginia/ Volumnia era consciente de los alcances de su pluma emponzoñada:
“Últimamente he hecho tantos enemigos por escribir cartas irreflexivas que me apresuro a decir que no hablo completamente en serio”.
Y lo más importante: también era comprensiva con la maledicencia ajena:
"Afirma que Lytton [Strachey] decía cosas muy desagradables de todos nosotros, pero como todos hacemos lo mismo, no veo que tenga importancia".
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Foto: Venecia.