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Los libros de la casa

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Trinitaria (Montevideo, Ediciones de la Banda Oriental, 2001). Prólogo de Pablo Rocca, portada de María Eugenia Ferreiro. ISBN 9974-1-0225-1.

Villa de Niebla (Montevideo, Artefato, 2004). Portada de Andrés Arcos. ISBN 9974-7873-7-8.

Tablas reales y otros juegos, en Letralia (www.letralia.com), sitio web de Cagua, Venezuela, 2008. 

Los cien ojos de la cola del pavo real de Hera (Montevideo, Casa de los Escritores del Uruguay, 2009). ISBN 978-9974-96-651-2.

"La enfermedad del terciopelo", colección de prosas publicada parcialmente en 7 Jóvenes Narradores 7 (Montevideo, Casa de los Escritores del Uruguay, 2009). ISBN 978-9974-96-647-5.

"La Soufrière/ El Azufral", colección de poemas publicada parcialmente en Alhucema Nº 31 (Albolote, Granada, 2014).

"Hotel Marte", poemario, en Veinte (libro digital editado por el vigésimo aniversario de Letralia, 2016).



Teatro de sombras



a quien dice llamarse Xiao-Li

En la planicie pulida por cristales de lluvia, la sombra chinesca me escolta, corre que te corre. El frío de esta villa voraz, para estar a tono, ha tallado un espejo negro bajo mis pies. Ahí vamos las dos, cada cual en lo suyo: yo custodio los recodos de mi tesoro gris perla y ella quiere acuñar nuevas monedas de cobre que al caer suenen como minúsculas campanas.

La sombra con forma de sapo pierde el aliento, pero la expresión de su cara redonda de marfil apenas cambia. Transformada en alfil de mi viejo ajedrez –bailan las manos oficiosas- traza su diagonal sobre el tablero escarlata y blanco (sí, porque hay sangre en la nieve de esta primavera indolente que aún no se decide a entrar).

Mi criatura sombría no para de observarme desde su curiosa ausencia de párpados. Busca el quiebre que le permita arquearse sobre mi espina. Lleva dagas escondidas en las botas.

Parece que ahora se ha convertido en Buda. Y sabe cómo me llamo, pero dice que no.


De La enfermedad del terciopelo (2009).
Foto: Venecia.


La tetera de Russell

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“Si yo fuera a sugerir que entre la Tierra y Marte hay una tetera china orbitando en elipse alrededor del Sol (…) se pensaría con justicia que estoy diciendo algo absurdo. Pero si la existencia de semejante tetera fuera afirmada en antiguos libros, enseñada como verdad sacra cada domingo e instilada en las mentes de los niños en la escuela, cualquier duda sobre su existencia se convertiría en una marca de excentricidad”.

Bertrand Russell.

Entre la Tierra y Marte, silenciosamente, orbita una tetera de porcelana china. La adornan dos o tres flores de un rosa pálido, una de ellas levemente astillada. En su elipse, la tetera pasa sobre tormentas de polvo que cubren y descubren los pedregales marcianos, propiciando bruscos cambios de color que intrigan a distancia a los observadores. Pasa sobre el Monte Olimpo, el volcán escudo más grande del Sistema Solar, que sólo se ve desde el espacio o desde otro planeta (las cosas de semejante magnitud no se aprecian si se tienen cerca, y si uno es parte de ellas, ni siquiera puede imaginarlas).

Creo fervientemente en esa tetera celestial, le rezo y le suplico que me saque de esta coyuntura. O al menos, si nada funciona, que me sirva un buen té.


De La enfermedad del terciopelo (2009).
Foto: Ottawa.