Transcripción de la entrevista realizada en El Espectador en ocasión de la presentación de Trinitaria (julio de 2002). Participan, en orden de aparición: quien escribe, Alicia Garateguy, Martín Reyes, el conductor Diego Barnabé y Ana Rosa. En la primera intervención se responde a una pregunta relacionada con el género de la obra.
Magdalena Ferreiro: Siempre
ocurre que en algún momento hay que catalogar las cosas para
editarlas o para que participen en un concurso o lo que sea, pero en
este caso es muy intergéneros lo que yo hago, es una especie de
prosa poética, en algunos textos hay una impronta más narrativa...
Hay gente que me dice "Ah, pero esto es poesía". El
concurso en sí era de narrativa, la historia central que da un poco
cohesión a todos los textos es un cuento epistolar, digamos... Hay
un poco de juego en eso. A mí me gusta mucho experimentar, también,
y bueno, aparece un poco de... aparecen recursos de... sí, de
distintos géneros.
Alicia
Garateguy: Nunca te presionaste, ni para un concurso ni para una
edición. Nunca te presionaste por definirte de acuerdo a los cánones
más conservadores, por lo menos...
M.F: No. Tal vez me juega un poco en contra, porque, claro, hay
cierta necesidad de etiquetas. En este caso, al ser un concurso de
narrativa yo corría un poco el riesgo de que el jurado estimara que
no era narrativa exactamente, ¿no? Pero, digamos, hablábamos un
poco con Roger Mirza, que fue uno de los integrantes del jurado, que
las fronteras del relato, hoy en día, como que son bastante
amplias...
Martín
Reyes: Y cada vez ya no se sabe más qué puede ser poesía, qué
puede ser prosa...
M.F:
Claro, y corrientes...
M:R:
Mucho más amplio.
M.F.
Sí, la teoría literaria ahora como que considera narrativa cosas
que... En otra época, bueno, eran el cuento, la novela...
A.G:
Aquel decálogo de Horacio Quiroga, poco menos, que había que
seguir. El perfecto cuentista (risas). Y de esos escritores que
mezclan, o que se meten en varios géneros a la vez, ¿cuáles te
gustan?
M.F:
A mí me gustan muchas veces autores que de pronto han hecho cosas
más tradicionales pero han experimentado, y las obras que más me
gustan de ellos siempre son las menos... o no las menos populares,
pero, por ejemplo, me gusta mucho Cortázar, pero más que "Rayuela"
me gustan las historias de los cronopios, "Un tal Lucas","La
vuelta al día en ochenta mundos", que hay unas
experimentaciones muy jugosas ahí. De Borges me gustan también
algunos textos un poco experimentales o algunos juegos que hacía de
pronto con Bioy Casares y con Silvina Ocampo que...
M.
R: Se divertía, ¿no?
M.F:
Sí, se notaba que eran divertimentos para ellos. De pronto tomaban
algún cuento más largo tradicional y lo contaban en cinco o diez
renglones, o sacaban un fragmentito. Esos me encantan. Leo de pronto
más ese tipo de cosas que cosas más tradicionales.
Diego
Barnabé: Trinitaria. Bueno, algún despistado entre los que podemos
haber caído nosotros cuando recibimos el libro dijo: "Trinitaria,
trinitaria, ¿será de Trinidad?".
M.F:
Ah, sí (risas).
D.B:
No, es montevideana, nada que ver (risas). Pero este libro se llama
así justamente por la idea de la Trinidad, de tres personas que en
realidad de repente son una, dice por allí Magdalena, pero también
por la flor.
M.F:
Efectivamente, yo jugué un poco con eso. Me gusta bastante la
ambigüedad en lo que hago, ¿no? Jugar un poco con las distintas
posibilidades del lenguaje y que el que lee reciba y rearme un poco
el estímulo, no que sea una cuestión de "Yo te digo esto y
esto entendelo de esta manera". Entonces, desde ese punto de
vista jugué un poco en el título con la idea de una trinidad que
tiene que ver con la historia central, donde hay varios personajes
que no está claro realmente si están tan diferenciados o si son
facetas como de una misma persona y por otro lado la flor, que es el
pensamiento, esa flor tan popular por aquí pero que en algunos
lugares (en México, en España, en algunos lugares) le llaman
trinitaria porque tiene generalmente tres colores, o no sé...
A:G:
Como tres partes, ¿no?
M.F:
Sí. Entonces me gustó esa idea e incorporé un poco en la trama
central, que fue lo último que escribí, la flor dentro de la
historia, que aparece por ahí.
D.B:
Aparece la definición del diccionario, además.
M.F:
Ah, sí , sí (risas).
D.B:
"Planta violácea, herbácea, de flores con cinco pétalos
redondeados de tres colores. Se cultiva en jardines y se llama
vulgarmente pensamiento".
M.F:
Exactamente.
D.B:
Allí está. Bueno, y de estos textos, además, hay que decir que
están organizados en libretas.
M.F:
Sí, sí. Hay un cuento central, como yo decía, que está armado en
torno a siete cartas, y cada una de esas cartas da entrada a pequeños
como capítulos o partes de la obra donde aparecen estos textos que
son muy breves, ¿no? Son de unas diez o quince líneas cada uno...
A.G:
Como media página, para que tengan la idea los que no lo vieron.
(Seguir leyendo).